La línea Murcia-Caravaca fue una línea férrea española de ancho ibérico que unía las localidades de Murcia y Caravaca. Estuvo operativa entre 1933 y 1971, siendo clausurada debido a su bajo tráfico y lo poco rentable que era. Tras su desaparición, el antiguo trazado sirvió de base para la creación de la llamada Vía Verde del Noroeste.
En las primeras décadas del siglo XX diversos sectores sociales de Murcia abogaron por la construcción de una línea férrea que uniera Murcia con Caravaca de la Cruz y otras localidades de la provincia. En 1919 la administración aprobó la construcción del ferrocarril,2 iniciándose las obras en 1921.3 La línea, cuya construcción corrió a cargo del Estado,4 seguiría el trazado de Molina de Segura, Mula y Caravaca. En la localidad de Alguazas se cruzaba con la línea Chinchilla-Cartagena, explotada por MZA, compartiendo ambas la estación. En la capital murciana se levantó la estación de Murcia-Zaraiche, como cabecera de la línea. Los muelles, cocheras y el edificio de viajeros de Murcia-Zaraiche estaban terminados para 1930,3 a pesar de lo cual la entrada en servicio de la línea se retrasó varios años debido a los problemas que presentó la orografía de la zona.
El ferrocarril fue finalmente inaugurado el 29 de mayo de 1933, con la asistencia de autoridades.
La gestión de la fue asumida por el organismo de Explotación de Ferrocarriles por el Estado, si bien su explotación fue confiada a la compañía privada MZA. En 1941 la línea pasó a formar parte de la recién creada Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE). Sin embargo, durante la mayor parte de su historia fue una línea deficitaria y con poco tráfico, lo que terminaría determinando su final. El ferrocarril terminaría siendo clausurado el 15 de enero de 1971,6 aunque el tramo comprendido entre las estaciones de Alguazas y Espinardo se mantuvo abierto al tráfico de mercancías hasta la década de 1990.7
En la actualidad por su antiguo trazado transita la denominada Vía Verde del Noroeste.
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